El primer pasaje de TT49 se presenta como el primer espacio interno de la tumba en conexión con la puerta de entrada y el patio con el vestíbulo. Siguiendo al principio de simetría de las construcciones egipcias, en el lado norte de ese primer pasaje, en correspondencia con el opuesto al sur, se registró una escena de adoración al sol poniente.

Mediante la técnica de bajo relieve pintado y con una detallada ejecución, Neferhotep y su esposa Merytra están representados de pie, en dirección al oeste e interior de la tumba, con las manos elevadas en actitud de adoración. Las 18 columnas de jeroglíficos expresan lingüísticamente el ritual de adoración de la pareja y los himnos dirigidos a las divinidades.

La fórmula inicial “Adoración a Ra-Harakhty cuando se oculta en el horizonte occidental del cielo (col. 1)” y la explicitación de la naturaleza y acción del sol como “(…) señor de los rayos que crean la luz que hace a la gente vivir ” (col. 2) marcan el momento del ocultamiento del sol y el inicio de la fase nocturna de su viaje en el Más Allá, al cual Neferhotep (y su esposa) se integran mediante su ingreso a la tumba al atardecer. Un segundo himno destaca la naturaleza de Ra en relación a Maat y su identificación con el orden cósmico, temática que se profundiza en la plegaria final. A ella se asocia Neferhotep al proclamar: “Yo soy quien es correcto y está libre de falsedad” (col. 16-17) y así con el papel rector de Ra y el mantenimiento de Maat como justicia cósmica.

En la capilla de TT49, en el pilar noreste dedicado a Amenhotep I y su madre Ahmes Nefertary, se representó el ritual de ofrenda realizado por la pareja de propietarios (en la cara oriental) y por Neferhotep (en la cara sur). El texto asociado en la cara oriental “…Ellos conceden concedan vida, prosperidad, salud y efectividad en la presencia de sus kaw. ¡Qué puedan ellos otorgarme pan, cerveza y mucha carne en sus altares!….”, expresa el deseo de recibir los bienes y dones necesarios para la vida después de la muerte como contrapartida de la ofrenda.

La adoración a Ra y Maat y la ofrenda a los reyes divinizados de la necrópolis que conecta el sector norte de la tumba operan como rituales asociados al ingreso a la tumba -como microcosmos del Más Allá-, el triunfo de Maat, y la disponibilidad de los bienes necesarios luego de la muerte como justificado. De forma conjunta expresan, en niveles solapados, la vida eterna para Nefehotep y Merytra (como ritualista), sentido que se completa de forma cíclica con la salida al día ubicada en la pared sur.

Autora del texto: María Silvana Catania

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