La decoración parietal de la tumba de Neferhotep permite reconstruir prácticas rituales celebradas en su interior. Es posible atribuir a algunas de ellas una connotación marcadamente osiriana, lo que redunda en la conformación de circuitos rituales especifícamente localizados. Su importancia reside en la datación del monumento en el reinado de Ay, momento relevante para el conocimiento de las creencias funerarias después de la experiencia de Amarna.

La presencia de Osiris en todos los espacios arquitectónicos de TT49 -patio, vestíbulo, capilla- es consistente y se reitera en la iconografía y las inscripciones. En la capilla de culto y el nicho de las estatuas en particular, la figura del dios se re-significa para constituir un verdadero circuito osiriano cuyo itinerario es posible reconocer. Esta denominación surge en primer lugar de la secuencia de sus representaciones en el lado sur de la capilla, que muestran: continuidad entre el pilar suroeste, dedicado a Osiris, la estela de la pared oeste que lo enfrenta y, finalmente, la escena de Osiris entronizado en la pared sur del nicho de las estatuas.

En la capilla pueden identificarse dos ejes, que dividen en cuadrantes los espacios de representación asociados al ritual.

Al sur del eje longitudinal de la tumba y en proximidad al ingreso del pasaje que lleva a la cámara funeraria se encuentran tres elementos decorativos que evocan la figura de Osiris en la capilla:

La proximidad a la escalera de acceso a la cámara funeraria, excavada en el cuadrante suroeste de la capilla, otorga a este circuito una connotación particular vinculada a lo subterráneo, al inframundo, lo que le asigna características propiamente osirianas.

Como el oeste que complementa al este en el eje trasversal de la tumba, generando paralelismos y oposiciones, el cuadrante suroccidental de la capilla conforma una unidad de sentido, unidad espacial que se articula con el pasaje descendente y finalmente la cámara funeraria. De este modo, el registro epigráfico de la capilla de TT49 y su localización geográfica evocan el descenso de la momia y su equipamiento el día de su entierro y la recepción en el inframundo por el señor de la necrópolis junto con Hathor, su contraparte femenina.

En el suroeste del monumento se concentra la dinámica interactiva entre Osiris y el difunto, que opera en los niveles estrictamente funerario y regenerativo respectivamente.

El sentido y la ubicación del circuito confirman la zona de culminación del ritual funerario inmediatamente previo a la depositación de la momia en la cámara. La estancia final del sarcófago en la capilla de culto, último espacio iluminado por los rayos del disco durante el día, como consecuencia de la orientación este-oeste de la tumba.

Autor del texto: Mariano Bonanno

Bibliografía de consulta

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